Que es un arquetipo y como opera en la psique?
Arquetipos ANIMA ANIMUS
Un arquetipo es un patrón de comportamiento basado en una imagen distorsionada, que constituye un parámetro de elección limitado. Debido a la carga de idealización como aspecto recortado y sobre dimensionado de identificación, tiene como costo la escisión psíquica, lo cual ocasiona una mirada errada de la realidad, desilusiones y sufrimiento.
La teoría de C.G. Jung comparte el concepto chino de Ying – Yang, como característica fundamental de la unidad, expresada en polos complementarios, que al interactuar se transforman indefinidamente. Concepto que en el antiguo conocimiento cabalístico es llamado zajar y nukva, recepción y otorgamiento.
Según Jung, la psique, más allá del género al que pertenece, posee elementos de orden femenino y masculino. A la imagen interna de los aspectos femeninos en el hombre, la denominó ANIMA, y la imagen masculina en la psique femenina la llamó ANIMUS. El arquetipo de ánima y ánimus es responsable de nuestra vida amorosa.
Los arquetipos condicionan el paradigma vincular y limitan las relaciones hombre mujer. Para la Matriz de los arquetipos, el grado de mayor polarización respecto a la identificación por género, es llamado en el hombre ´´ la madre oscura ´´, y en la mujer, ´´ el padre tirano ´´.
ANIMA:
Anima significa alma. El ánima en el hombre representa el EROS y constituyen el conjunto de experiencias ancestrales referente al mundo emocional, irracional y subjetivo del alma.
La imagen interna femenina que posee un hombre, o ánima, en primera instancia, será la resultante de las experiencias primarias con su madre, la cual se proyectará en las mujeres por las cuales sienta atracción o rechazo, según se halla alimentado de aspectos positivos o negativos. A través de la experiencia con otros vínculos femeninos, y con su propio componente femenino interno, el ánima pasará por un proceso de transformación y crecimiento. Jung distinguió cuatro etapas esenciales del desarrollo del ánima: Eva, Helena, María y Sofía.
Las imágenes arquetípicas que se activan en el inconsciente a través de los sueños y fantasías, expresan las etapas del desarrollo del ánima en el hombre. Cada imagen tiene su aspecto luminoso , aquello que es consciente y su sombra,( los aspectos que se activan de modo inconsciente). Como ejemplo el arquetipo de la madre puede ser nutricio o devorador- castrador. Estas imágenes suelen aparecer en sueños e imágenes pregnantes a través de la imaginación.
Arquetipos femeninos en el hombre:
- La Madre: es un aspecto que deja al hombre reducido al papel de hijo, aniñado y dependiente.
- La Mujer Seductora: Responde a la fantasía del ideal sexual. En su aspecto negativo, es la imagen de La femme fatal, que seduce y atrapa (símbolo de la vagina dentada)
- El Hada: Es la imagen de la mujer etérea, incorpórea e intangible; Es el ideal de dulzura, belleza y suavidad, y está relacionado en el hombre a la irrupción de los mundos emocionales; aspecto que suele aparecer en la crisis de la mediana edad, junto con la necesidad de expresar facetas artísticas y una mayor sensibilidad.
- La Sacerdotisa: Es la imagen relacionada al ser o guía interior y la búsqueda de propósito y trascendencia.
ANIMUS:
Animus significa mente o espíritu. La imagen masculina de la mujer, o ánimus, expresa el conjunto de experiencias ancestrales referente al hombre y al imaginario masculino. Este imaginario es proyectado en los hombres reales, alimentado por las vivencias primarias y la imagen paterna, tanto propia como la transmitida por la madre. Corresponde al aspecto mental o Logos. La sobre identificación con el ánimus, como aspecto inmaduro, suele producir en la mujer rigidez mental, y falta de sensibilidad. A la mujer moderna suele alejarla del deseo de consumar su faceta de madre y todo lo referente al femenino profundo. El proceso de integración del ánimus, activa en la mujer la inteligencia emocional, uniendo la información del inconsciente con los mundos concretos y objetivos.
Las imágenes arquetípicas que se activan en el inconsciente a través de los sueños y fantasías, expresan las diversas etapas del desarrollo del ánimus en la mujer:
- El masculino depredador (Barba Azul): En una primera etapa suelen aparecer imágenes de hombres musculosos con poder y fuerza física, muchas veces perversos y abusadores que representa el masculino insensible, la mente rígida, crítica e inflexible.
- El hombre intelectual: Es la imagen masculina que activa en la mujer el emprender en forma autónoma una carrera profesional, o un rol independiente, más allá de su naturaleza maternal.
- El artista poeta: activa en la mujer la necesidad de conectarse con un pensamiento integral ligado al mundo emocional.
- El sacerdote o maestro espiritual, representa un aspecto elevado del intelecto en búsqueda de significado y trascendencia.
La representación de la imagen femenina en el hombre, o masculina en la mujer (anima y animus) es inconsciente, y ejerce, una influencia poderosa en nuestras relaciones interpersonales, la cual suele marcar el rumbo de aquello que se juega en el vínculo como la energía motora de la relación. Es la causa, el principio y el fin del vínculo, ya que ´´ el otro ´´, es quién ayuda y habilita en la pareja, a introyectar nuevos aspectos desconocidos acerca de la naturaleza psíquica del aspecto complementario.
Mientras el vínculo es resiente la proyección de anima y animus estará influenciada por los aspectos positivos. Al profundizarse el vínculo, aflorará la proyección negativa (o sombra), lo cual suele generar procesos de crisis, vínculos triangulares o rupturas. Al retirar parte de la proyección, debido a la desilusión de la imagen interna proyectada, surge la posibilidad de ingresar en un nivel de mayor profundidad, basado en una imagen del otro y de sí mismo, más acorde a la realidad.
Anima significa alma. El ánima en el hombre representa el EROS y constituyen el conjunto de experiencias ancestrales referente al mundo emocional, irracional y subjetivo del alma.
La imagen interna femenina que posee un hombre, o ánima, en primera instancia, será la resultante de las experiencias primarias con su madre, la cual se proyectará en las mujeres por las cuales sienta atracción o rechazo, según se halla alimentado de aspectos positivos o negativos. A través de la experiencia con otros vínculos femeninos, y con su propio componente femenino interno, el ánima pasará por un proceso de transformación y crecimiento. Jung distinguió cuatro etapas esenciales del desarrollo del ánima: Eva, Helena, María y Sofía.
Las imágenes arquetípicas que se activan en el inconsciente a través de los sueños y fantasías, expresan las etapas del desarrollo del ánima en el hombre. Cada imagen tiene su aspecto luminoso , aquello que es consciente y su sombra,( los aspectos que se activan de modo inconsciente). Como ejemplo el arquetipo de la madre puede ser nutricio o devorador- castrador. Estas imágenes suelen aparecer en sueños e imágenes pregnantes a través de la imaginación.
Arquetipos femeninos en el hombre:
- La Madre: es un aspecto que deja al hombre reducido al papel de hijo, aniñado y dependiente.
- La Mujer Seductora: Responde a la fantasía del ideal sexual. En su aspecto negativo, es la imagen de La femme fatal, que seduce y atrapa (símbolo de la vagina dentada)
- El Hada: Es la imagen de la mujer etérea, incorpórea e intangible; Es el ideal de dulzura, belleza y suavidad, y está relacionado en el hombre a la irrupción de los mundos emocionales; aspecto que suele aparecer en la crisis de la mediana edad, junto con la necesidad de expresar facetas artísticas y una mayor sensibilidad.
- La Sacerdotisa: Es la imagen relacionada al ser o guía interior y la búsqueda de propósito y trascendencia.
ANIMUS:
Animus significa mente o espíritu. La imagen masculina de la mujer, o ánimus, expresa el conjunto de experiencias ancestrales referente al hombre y al imaginario masculino. Este imaginario es proyectado en los hombres reales, alimentado por las vivencias primarias y la imagen paterna, tanto propia como la transmitida por la madre. Corresponde al aspecto mental o Logos. La sobre identificación con el ánimus, como aspecto inmaduro, suele producir en la mujer rigidez mental, y falta de sensibilidad. A la mujer moderna suele alejarla del deseo de consumar su faceta de madre y todo lo referente al femenino profundo. El proceso de integración del ánimus, activa en la mujer la inteligencia emocional, uniendo la información del inconsciente con los mundos concretos y objetivos.
Las imágenes arquetípicas que se activan en el inconsciente a través de los sueños y fantasías, expresan las diversas etapas del desarrollo del ánimus en la mujer:
- El masculino depredador (Barba Azul): En una primera etapa suelen aparecer imágenes de hombres musculosos con poder y fuerza física, muchas veces perversos y abusadores que representa el masculino insensible, la mente rígida, crítica e inflexible.
- El hombre intelectual: Es la imagen masculina que activa en la mujer el emprender en forma autónoma una carrera profesional, o un rol independiente, más allá de su naturaleza maternal.
- El artista poeta: activa en la mujer la necesidad de conectarse con un pensamiento integral ligado al mundo emocional.
- El sacerdote o maestro espiritual, representa un aspecto elevado del intelecto en búsqueda de significado y trascendencia.
La representación de la imagen femenina en el hombre, o masculina en la mujer (anima y animus) es inconsciente, y ejerce, una influencia poderosa en nuestras relaciones interpersonales, la cual suele marcar el rumbo de aquello que se juega en el vínculo como la energía motora de la relación. Es la causa, el principio y el fin del vínculo, ya que ´´ el otro ´´, es quién ayuda y habilita en la pareja, a introyectar nuevos aspectos desconocidos acerca de la naturaleza psíquica del aspecto complementario.
Mientras el vínculo es resiente la proyección de anima y animus estará influenciada por los aspectos positivos. Al profundizarse el vínculo, aflorará la proyección negativa (o sombra), lo cual suele generar procesos de crisis, vínculos triangulares o rupturas. Al retirar parte de la proyección, debido a la desilusión de la imagen interna proyectada, surge la posibilidad de ingresar en un nivel de mayor profundidad, basado en una imagen del otro y de sí mismo, más acorde a la realidad.
Dice Virginia Satir: ´´ Para que dos personas estén en contacto se requieren tres partes: cada uno en contacto consigo mismo, y cada uno en contacto con el otro. Por otra parte, para que un vínculo sea enriquecedor, es preciso que los dos integrantes de la pareja estén dispuestos a la auto-indagación necesaria para reconocer su sombra y sus propios aspectos femeninos y masculinos. La integración de lo femenino y lo masculino no puede ocurrir mientras nos identifiquemos con una parte y sigamos proyectando la otra – no sucede entre un hombre que actúa su aspecto masculino y una mujer que actúa su aspecto femenino, sino en el interior de cada hombre y cada mujer que hayan logrado ser conscientes de ambos.´´
En la astrología, las áreas proyectadas en los vínculos, se analiza a través de la identificación de núcleos energéticos,que expresan con claridad los aspectos en sombra, y el eje del ascendente y casa VII.
Para analizar el propósito profundo del vinculo de pareja, ayudar a afrontar las crisis y comprender su finalidad, la astrología cuenta con una herramienta sumamente efectiva, llamada sinastría que es el análisis y comparación de las cartas natales.