sábado, 24 de septiembre de 2011

La Astrología moderna como herramienta de auto-conocimiento





Por Liliana Slomka

La humanidad a lo largo de su existencia, acumuló cierto saber; teorías que con el paso del tiempo han sufrido modificaciones; corroboración científica o su refutación y descarte. En todas las épocas, el saber ha estado en manos de unos pocos. El conocimiento siempre fue sinónimo de poder. En el período ligado a la Era de Tauro, con el surgimiento de la civilización tal como la conocemos, los pobladores se volcaron al sedentarismo, dedicados al cuidado de la ganadería y la agricultura. Conocer los períodos de siembra y las técnicas de acopio de  semillas marcaron la diferencia entre el nacimiento de imperios poderosos o pueblos sometidos.

Nuestra comprensión respecto a la realidad que nos circunda es ínfima, y aunque hoy día todos reconocemos  niveles de la realidad no perceptibles por nuestros cinco sentidos, y  nadie niega la existencia de ondas lumínicas o sonoras imperceptibles por nuestro aparato auditivo o visual -por dar un ejemplo-, los humanos estamos fuertemente anclados en la identificación y lectura  del mundo basada en la materia concreta del ´´ ver para creer ´´.  Paradójicamente según la ciencia moderna,  la materia  esta compuesta por mas de un 99% de vacío.  Entonces, ¿De que está formada la realidad y nuestro entorno?, no lo sabemos con total firmeza, aunque hablemos de ondas electromagnéticas, fuerzas sobrenaturales y energía de atracción y repulsión.

La astrología surgió con el despertar de la  humanidad. Desde que el hombre tuvo conciencia de sí, observó  los sucesos climáticos, y los ciclos de las estaciones, intentando defenderse de las fuerzas de la naturaleza para sobrevivir.  Así desarrollo un sistema de cálculos complejos respecto al posicionamiento de los planetas.  Observando las estrellas supo cuando era época de sembrar, y pudo reconocer los períodos de sequía e inundación.  Luego,  con el surgimiento de los imperios,  faraones y reyes utilizaron la astrología para proyectar los momentos de esplendor y restricción, así como las estrategias bélicas a la hora de defenderse de posibles agresores o conquistar nuevos horizontes. Con el florecimiento de la cultura griega la astrología comenzó a  utilizarse de  un modo más popular. A cada planeta se le atribuyó cierto poder divino que albergaba características propias, surgiendo así la mitología  y los arquetipos, como modelos de identificación psíquicos.

La astrología humanística es una herramienta de auto-conocimiento que ofrece información en diversas esferas del individuo.

La carta natal es el mapa del cielo en el instante del nacimiento.  Es un organismo vivo que  describe la  información energética de un momento y espacio particular con exactitud, comparado al ADN en el plano energético.  Su despliegue en el desarrollo vital comprende un entramado de relaciones y sucesos. La Carta natal al igual que  una semilla, expresa la información genética  respecto a la esencia vital del ser. Tomando la analogía del árbol, informa a cerca de  la especie a la que pertenece, que tipo de suelo precisa para su correcto desarrollo  y que fruto esta destinado a dar si las condiciones climáticas y nutritivas son óptimas.

La persona y su entorno son un conglomerado energético demarcado  por el Yo conciente con particularidades propias o ajenas, según haya construido su  identidad. Las características inconscientes estarán expresadas en  su entorno o destino,  el cual siempre será inherente a su energía  no  reconocida de modo consciente. El camino hacia su integración será marcado por las experiencias de vida, los vínculos que desarrolle,  el entorno al que pertenezca y el trabajo personal sobre sí.

Según la psicología transpersonal, íntimamente ligada a la astrología moderna, la evolución de la conciencia pasa por tres niveles de resolución donde el ser profundo se va adentrando en su propia naturaleza.   Ken Wilber  ha dividido  estos estadios de conciencia en tres fases llamadas Pre-personal, Personal y Transpersonal.

- Fase Pre-personal: relacionada a las primeras experiencias familiares en los  primeros 7 años. Esta etapa condiciona el resto de nuestra vida emocional y se expresa en  actitudes reactivas ligadas a la necesidad de supervivencia física y emocional (la etapa de identificación   lunar).

- Fase Personal: Relacionada al momento en que el individuo comienza a independizarse de sus raíces familiares. En la etapa de la adolescencia y entrada a la adultez al cuestionar las creencias familiares forja una identidad propia. Esta inclusión de información externa dada por las relaciones que integra en su vida como la formación de una pareja o la incorporación en ámbitos profesionales y laborales, crean una identidad  incluyente (la etapa del desarrollo solar)

- Fase Transpersonal: Es la fase luego de la crisis de la mediana edad, donde el individuo se pregunta de un modo profundo a cerca de su propósito en la vida, más ligado a una identidad que se reconoce como finita. Luego de pasar por diversas frustraciones, crisis de identidad,  perdidas  materiales o vinculares, y  desvanecimiento de las creencias en las que  sostenía su autoafirmación. Esta etapa surge luego del ´´ grito del alma ´´,  experiencia intransferible de un  sentimiento profundo relacionado con la caída del gran imperio creado por el Ego. El ser profundo boga por la integración de la totalidad energética (etapa en la que la energía del nodo norte y los planetas transpersonales juegan un rol más activo en la conciencia).
           
Estas fases expresan a modo orientativo el viaje de la conciencia, sin estar delimitadas de modo tajante , ya que las energías de la carta se expresarán durante toda la vida en diferentes octavas, según el proceso  personal de individuación.

En el análisis de la carta natal  con el apoyo de los ciclos astrológicos, es posible deducir en que fase se encuentra el consultante. Según el relato personal, se indaga en la imagen que el consultante tiene respecto de sí. Los aspectos energéticos inertes o dormidos, proyectados en su entorno ocasionarán las experiencias de destino, necesarias para la integración plena del ser en su totalidad.

En astrología  se utiliza un axioma que funciona como ecuación para explicar las escenas de destino inherente a cada individuo en su evolución personal. El mismo dice que la conciencia equivale a destino. Destino equivale a  ´´ Lo que sé de mi + lo que desconozco de mi ´´, que siempre estará ligado a mi deseo conciente e inconsciente.  
Deseo = Conciencia = destino. Entonces siguiendo esta misma construcción de pensamiento, si deseo lo mismo, atraigo lo mismo  a mi vida.  Al indagar de un modo profundo en el deseo del consultante y relacionarlo con la  esencia energética de su carta natal, es posible realizar un  trabajo de integración.

Los arquetipos como patrones de comportamiento,  compuestos por  cierto guión predeterminado, marcan  el mito constitutivo con el cual la persona se ha de identificar,  basado en sus creencias, valores y anhelos. Los arquetipos son  el prisma de la escena convocante  de nuestro deseo conciente e inconsciente.

Reconocer la propia esencia es dejar caer los ropajes de los personajes de identificación arquetípicos colmados de  miriñaques y movidos por una falsa vitalidad. El arquetipo activado  desorganiza la búsqueda profunda del ser. El alimento arquetípico no nutre lo profundo del ser,  funciona en nuestra psique como las harinas y los azucares refinados, solo llenan la panza psíquica en un círculo vicioso   sostenido por la sociedad de consumo que constantemente refuerza su anclaje en el inconsciente colectivo mediocre de la publicidad y la moda, hasta llegar a sentir la carencia de sentido. Ese es el instante del grito del alma, cuando   la energía del hechizo se desmorona para que el ser al unísono  renazca.

Liliana Slomka


 ´´ Un ser humano es parte de un todo, llamado por nosotros universo, una parte limitada en el tiempo y el espacio. Se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sentimientos como algo separado del resto... algo así como una ilusión óptica de su conciencia. Esta falsa ilusión es para nosotros como una prisión que nos restringe a nuestros deseos personales y al afecto que profesamos a las pocas personas que nos rodean. Nuestra tarea debe ser el liberarnos de esta cárcel ampliando nuestro círculo de compasión para abarcar a todas las criaturas vivas y a la naturaleza en conjunto en toda su belleza. ´´
Albert Einstein

´´La energía no se crea, siempre existe, y no se destruye, solamente se transforma por medio del pensamiento o voluntad de quien la maneja. ´´ Albert Einstein